» No estamos aquí para sanar nuestras enfermedades, sino para que nuestras enfermedades nos sanen ”
C. G. Jung.
Nacemos dentro de una familia que nos transmite unas tendencias de ser a través de la educación que recibimos, aportándonos unas directrices de referencia e identificación para poder vivir y limitándonos al programarnos de forma automática e inconsciente.
La necesidad de ser conscientes forma parte del proceso de individuación de las personas dentro del propio proceso vital y es un requisito indispensable para alcanzar la coherencia personal necesaria para desarrollar una identidad propia desde donde se pueda vivir la vida, más allá de una identidad familiar, social, cultural, ideal, etc…
Las crisis forman parte de este proceso evolutivo de individuación y en ellas se está expresando una necesidad de cambio entendida como una re- estructuración, que posibilitará la transformación profunda de la persona necesaria para llegar a la curación.
Es precisamente en este proceso de consciencia hacia «uno mismo» en el que uno puede averiguar cuál es el lugar que le corresponde en el mundo, cuál es su camino en la vida y de qué forma quiere recorrerlo. En definitiva, el hacerse consciente va ligado al sentido de la vida.